Nicole Sirotek, enfermera de un hospital de Nueva York, afirma haber presenciado en los que se aplicó tratamientos que acabaron matando a los pacientes, como intubaciones incorrectas o desfibrilaciones en momentos no apropiados.
Escalofriante. A través de un desesperado vídeo, una enfermeda de Estados Unidos relató sobre la caótica situación que se vive diariamente en un hospital de Nueva York, uno de los focos mundiales de la pandemia del coronavirus (hay más 300 mil casos confirmados y casi 26 mil muertes por COVID-19).
“Sé que no todo el mundo va a sobrevivir, no soy tan inocente. Sé que vamos a tener muchas víctimas. Pero esta gente no está muriendo por coronavirus (...) Te estoy diciendo literalmente que están asesinando a estas personas. Y nadie me escucha”, señaló Nicole Sirotek, quien trabajó hasta hace poco en el hospital Elmhurst, de Queens, una de las zonas más afectadas de la metrópoli.
En un vídeo de 24 minutos, Sirotek explicó y dio varios ejemplos que aseguró haber presenciado en los que se aplicó tratamientos que acabaron matando a los pacientes, como intubaciones incorrectas o desfibrilaciones en momentos no apropiados. “Vi a un anestesista colocar un tubo ET y romper su esófago y el tipo se asfixió hasta morir con su propia sangre. El coronavirus no colocó ese tubo incorrectamente”, dijo. Además, afirma que ha reclamado por la situación, pero sus quejas no han sido escuchadas.
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“Ni siquiera a las organizaciones de apoyo les importa una mierda esta gente. Literalmente, las vidas de los negros no importan aquí. Y, quiero decir, es bastante triste que alguien que es blanca y vive a cientos de kilómetros de esta ciudad le importe más esta gente que a los de esta ciudad”, añadió conmocionada.
Por último, Sirotek, quien trabaja como enfermera desde hace una década, incluso trazó una comparación con el Holocausto. “La única manera de poner esto en contexto para todos es, y esto va a ser una especie de ejemplo extremo, esto es realmente lo único que se me ocurre. Es como si estuviéramos en la Alemania Nazi, y ellos llevaran a los judíos para ponerlos en una cámara de gas, yo soy el que dice ‘oye, esto no es bueno’. No deberíamos hacer esto”.
El panorama en Nueva York no es nada alentador. Aunque las autoridades afirman que el sistema sanitario ha resistido, ya que el número de hospitalizados siempre estuvo debajo de la capacidad de camas, en varios hospitales la situación ha sido grave y los pacientes no siempre recibieron la atención necesaria.
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